Sexualmente Santos

“¿Hasta dónde puedo llegar sin pecar?”

Escrito por: @RosarioNavas

“¿Hasta dónde puedo llegar sin pecar?”… esa pregunta es una de las más frecuentes que los jóvenes nos hacen, queremos vivir en el límite, al borde de lo permitido, cuidado eso puede ser peligroso.

El contacto físico es una necesidad que nos hace sentir protegidos y amados. Muchos buscan suplir esta necesitad en el noviazgo y por un abrazo están dispuestos a llegar a la cama. En el noviazgo, te enamoras y pierdes la cabeza… el cóctel químico en tu organismo puede hacerte perder la razón. El cerebro, movido por las emociones, produce sustancias que elevan tu autoestima, experimentas euforia, te sientes animado y vigoroso. Cuando te enamoras, elementos químicos como la dopamina aumenta 7000 veces su cantidad junto con la oxitocina y ellas son responsables de la pasión sexual. Otras como las fenilananinas, responsables del entusiasmo, bloquean la lógica y la razón. Tan sólo un abrazo desencadena ríos de esas sustancias químicas que reducen el estrés y entablan lazos emocionales y por supuesto mucho placer.  Piensa: Si de esto es capaz un abrazo, ¿qué pasará cuando un tsunami de hormonas empieza a correr en el sillón de tu sala y estás a solas con tu novio?… CUIDADO, NO TE DEJES ARRASTRAR!!!

Cantares 8:4 dice: “Mujeres de Jerusalén, quiero que me prometan que no molestarán a mi amada ni la despertarán de su sueño de amor, hasta que ella sola se despierte”  (Traducción en Lenguaje Actual).

Muchos novios despiertan ese gigante llamado deseo erótico con sensaciones físicas placenteras al besar y acariciar hasta llegar a la relación sexual.  Escuché una canción en un centro comercial que decía: “Te gusta el toca toca y tu cuerpo se alborota”, revisemos algunas consecuencias del “Toca-toca”:

  • Ensucias el espíritu y el alma.
  • Desencadenas más pasiones porque entras en la escalera de la pasión que siempre te lleva a algo más.
  • Ensucias tu cuerpo y reputación. Una rosa “manoseada” por muchos, pierde belleza y la rechazan.
  • Entras en un círculo vicioso que va de la culpa al remordimiento. Te sientes miserable.
  • Y obviamente hay pecado.

Dante Gebel escribió: “¿Qué tanto puedes acercarte a una serpiente venenosa sin que sea peligroso?”… “¿Durante cuánto tiempo puedes tocar un cable pelado sin electrocutarte?”. Simple verdad, siempre será peligroso, habrá marcas y consecuencias. Muchos comenzaron con una caricia en las  manos y terminaron con un bebé entre ellas. Por eso, las caricias sexuales están reservadas para el matrimonio, porque solo en este tipo de relación de alto grado de compromiso, tu corazón es protegido.

1 Corintios 7:9 dice: “Pero si no pueden dominarse, que se casen, porque es preferible casarse que quemarse de pasión”. Asegúrate que la persona que hayas elegido para toda la vida te haya respetado y juntos se guardaron de las caricias sexuales.

¿Qué debo hacer?

  • Límites claros y firmes. No se queden solos, expresen cariño con respeto como hermanos.
  • Autocontrol. Si no controla sus manos, difícilmente controlará el resto de su vida.
  • Lleva a Dios a tu noviazgo. Cuida tu comunión diaria, eso traerá paz y un noviazgo protegido por El.
Artículo adaptado del libro “El Desafío” de Carlos Navas

¿Con qué me defiendo de la tentación sexual?

Escrito por: @CarlosNavas

(Fragmento adaptado del libro “Sexualmente Santos” del Pastor Carlos Navas).

“No sé qué mas hacer, tengo miedo… hago cosas que están mal. De verdad he tratado de detenerme… He llorado y suplicado, logro vencer por unos días pero luego vuelvo a caer. He orado, he leído libros, he leído la Biblia, la verdad no se que más puedo hacer. Amo a Dios, pero no puedo continuar pidiendo perdón una y otra vez por lo mismo… este pecado sigue venciéndome”.

Qué mensaje verdad, me lo envió un joven que está luchando con la tentación sexual y no parece que esté ganando la batalla. Las tentaciones sexuales están a la orden del día. Cuando tu cuerpo se transformó comenzó esta batalla que durará por décadas.

Si hay algo desalentador es perder la batalla con la tentación sexual, hace tambalear tu fe, y la culpabilidad es una tortura, la vergüenza te ahoga, te sientes indigno, y lo peor es no encontrar la manera de arreglar el asunto.

Vamos levanta la cabeza, la tentación sexual se puede vencer. Veamos algunas salidas para vencerla y vivir Sexualmente Santo… ¿Con qué me defiendo?

  1. La Palabra, tus convicciones y valores – Mateo 4:1-11. Jesús enfrentó las tentaciones con 3 armas: la Palabra, la convicción de ser el Hijo de Dios y los valores que lo definían.
  2. Determinación -Santiago 4:7. Tu determinación contra la tentación sexual fortalecen tu vida para vencer y debilitan la obra y efectividad del pecado.
  3. Se radical – Efesios 5:3-5. No des lugar a ninguna cosa que te exponga a estas tentaciones: bromas, vulgaridades, escenas, etc.
  4. Deja que el Espíritu Santo tome el control de tu vida -Gálatas. 5:22-25. Dale espacio a la influencia del Espíritu Santo: ora, congrégate, lee tu Biblia, adora.
  5. Encuentra el deleite de estar en paz con Dios y de su comunión – Sal. 43:4; Sal. 119:4. El placer del pecado nunca será mayor que el placer de estar en paz con Él.
  6. Simplemente di “NO” – Josué 24:14-15; Mateo 5:37. Esto es simple, no cedas, no importa cuánto te presionen, SIMPLEMENTE DI QUE NO y eso es todo.
  7. Rodéate de gente que te ayude a pelear esta batalla – Gálatas 6:2; 2Timoteo 2:22. Busca buenos consejeros, acércate a los que se esfuerzan en la santidad, necesitarás todo el apoyo posible, tú solo no podrás.
  8. Toma la mano de Dios – Salmos 60:12; 2 Samuel 22:30. Solo el Señor podrá sostenerte, librarte y perdonarte.
  9. Nuca dejes de ver la parte oscura del pecado sexual – Proverbios 23:31-32. La parte deleitosa seduce, pero los remordimientos, riesgos y dolor posteriores son terribles.

Para terminar recuerda lo que dice la Palabra:

“Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Mas bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir. 1

Corintios 10:13.

Por muy intensa o difícil que parezca tu tentación sexual, no es superior a tu capacidad de vencerla, puedes aplastarla en el nombre de Jesús.

Tu tarea: Revisa y familiarízate con las herramientas que tienes para luchar contra la tentación sexual y vive Sexualmente Santo.

La llaman “Insaciable”.

Escrito por: @CarlosNavas

Nunca está satisfecha, cuándo piensas que finalmente todo terminó vuelve a empezar y siempre quiere más. La intensidad se incrementa, siempre sube…sube… y sube, primero sueños, luego fantasías, imágenes, pasó a las acciones, regresó a buscar la televisión, internet, conversaciones, no se detiene, desea…desea…desea… es “La Insaciable”, es mejor que te diga su nombre de una vez porque te aseguro que la encontrarás, y lo quiere TODO. ¿Estás listo? Anota su nombre… aunque en realidad la conoces, ha estado allí desde hace tiempo y te hizo caer en alguna de sus trampas, en fin, no te hago esperar su nombre es ….. Lujuria.

En realidad la batalla de ser “Sexualmente Santos” tiene que ver con pelear contra la lujuria, es la batalla de esta generación.  John Pipper define la lujuria con una fórmula simple: “La lujuria es deseo sexual menos honor y santidad”. Los deseos sexuales impuros carecen de honor y reverencia a Dios, cuando entras a ese lugar estás en terreno peligroso, ahh… y tu mente llegará siempre antes que tu cuerpo.

La lujuria codicia lo prohibido y se alimentará a través de nuestros ojos, de la imaginación,  de todo lo que nuestro cuerpo y alma le pueda facilitar. Debes saber que para la lujuria alcanzar imágenes pornográficas, una caricia, una mirada o una relación sexual fuera del matrimonio (adulterio o fornicación) no son la meta, su meta es lo prohibido,
por lo tanto, nunca estará saciada siempre querrá más.

El apóstol Santiago escribió: “Cada uno es tentado cuando de sus propios malos deseos lo arrastran y seducen” (Stg 1:14 – NVI). Y Jesús dijo: “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, los hurtos…” Mt. 15:19. Atención, la fuente de lujuria somos nosotros mismos, puede que suene chocante y desastroso, pero es así.

Entonces:
“Mátala de hambre”… exacto… huye de las fuentes que alimentan la lujuria, no proveas para tu carne, provee para tu espíritu y el fruto será diferente. Evita lugares, horarios de televisión, canales, sitios web que no debes conectar, conversaciones, correos, contactos, amistades y hasta “miraditas” que alimentan este deseo. Por el contrario, fortalece la  santidad y busca todo aquello que alimente tu comunión y buen comportamiento con Dios. Siembra en el espíritu y cosecharás en el Espíritu.  Finalmente, recuerda que no puedes salvarte a ti mismo, solo el Espíritu de Dios nos puede dar la capacidad de soportar, vencer y romper estas cadenas.

 “Antes bien, vestíos del Señor Jesucristo, y no penséis en proveer para las lujurias de la carne”. Rom. 13:14 LBLA

 Recuerda: “En la santidad encontraremos la mejor forma de vivir la sexualidad”.

Libro Sexualmente Santos de Carlos Navas